viernes, 19 de noviembre de 2021

CRÓNICAS DE PIEDRA Y DE TIERRA: Nacimiento de los Espartanos

Crónica del Nacimiento de los Espartanos-19/Noviembre/2017-74 Aniversario de Clan del SINI-G3.-


Aportación del Ing. Abelardo Alcocer Hernández.




Aunque generalmente los Espartanos nos autosegregamos en las crónicas hoy pensé que estos datos vale la pena escribirlos como aportación para las “Crónicas de Piedra y Tierra” por el 80 Aniversario del SINI-G3. Y con ese efecto permitiéndome algunas libertades literarias las referiré como “Generaciones” a ciertos años del Clan, y hablando en primera persona en diversos momentos para hacer precisiones de fechas que son necesarias.

Generación Clan GUN-HO (1943-1984), en la que me incluyo aunque asistí a pocas Juntas de Clan, alguna con Dn. Ramón Riancho Gamboa y otras con David González Domínguez, puesto que fui Scouter de Tropa de 1978-80, se le denominaba entonces ser Rover en Servicio, que al otorgárseme la Investidura como SJdT y luego ya como JdT, nunca obtuve ‘escuderato’ ni ‘charreteras’ o sea tuve poca vida Rover, pero estaba en la ‘banda’, p.ej. en algunas actividades de Semana Scout, actividades con el Grupo o cuestiones sociales. A los 18 años en Junio/1980 deje el cargo de JdT al irme a estudiar a Monterrey, por lo cual los Scouts se suspendieron, aunque por allá asistí a un par de Juntas de Clan en un Grupo Regio en el que no me ‘halle’. Así que no puedo decir mucho de 1980-84 pues cuando regreso de 22 años en Junio/1984 había yo rebasado la edad Rover y en ese periodo solo durante vacaciones tenia algunas apariciones esporádicas pues esos Rovers eran mis hermanos/amigos con los que convivía cuando venia a Mérida.

Reinicio del Clan con la Generación INTERCLANES (1982-84), iniciativa del Subcomisionado de Clanes de la Provincia Roberto Ku (El Perrisimo)-qepd, que consistía en que los Scouts en edad Rover cuyos Grupos no despegaban sus Clanes por ser pocos elementos, el los conjuntaba en un experimento que asi se le denomino. Aqui menciono  entonces los cuatro nombres del G3= Jorge Contreras Lizama (Knks), Guido Ruiz Escalante, Erik Castañeda Triay y Carlos Pinto González; quienes son los que mantienen vivo al Clan.

Ellos tenían sus Juntas sumándoseles otros que con el paso de los meses llegan a siete que era ya un buen numero para conformarse como un Clan de Rovers; agreguemos entonces a: Carlos Escalante Cachón (Cheno, apodo por fisonomía con el original Fernando Sosa Martinez de Arredondo-qepd), Guillermo Martínez Cetina (Guillo) y Gabriel Riancho G. Cantón. Entonces ‘arman’ el Clan del G3 y son quienes van a buscarme recién egresado un servidor de mi carrera profesional a fines de 1984 para proponerme ser el Jefe de Clan. Vale decir que antes había yo sido su Jefe de Tropa y de varios de ellos incluso su Guia de Patrulla, asi que se daban los ‘equipos naturales’.




Estos Rovers son la fugaz Generación CIMARRONES, la que dura hasta los primeros meses de 1985, pues tuvimos sesudas votaciones en casa de los Contreras Lizama y que se sumaron ya muchos mas elementos al Clan, agregándose José Luis Contreras Lizama (hermanito de Jorge), Hernán Aguilar Pérez (Benatidez), Roberto Quittner Mimenza (Bobby), Orlando May González, Augusto Segovia Castillo (Bush), Gualfre Gómez López (Cabo) y Mario Fernández Ramayo (La Pantera). Hago nota que en el 47 Aniversario del G3 en Marzo/1985 se me otorga la Investidura como JdC lo que es una referencia certera. Menciono que fue ‘fugaz generación’ pq en esa Semana Scout de Abril/1985 (antes siempre eran en la Semana que caía el 23/Abril-Dia de San Jorge), y en la ultima Balseada Rover dentro del Pto. de abrigo de Yukalpetén, la cual por cierto ganamos, no éramos todavía ESPARTANOS y tampoco se había acuñado el ‘nombre de guerra’ de los CAMAMAS, que esto último fue una aportación de Gabriel Riancho G. Cantón.

De tal forma que entre Mayo-Noviembre/1985 se toma la decisión por esa Generación de nombrarse al Clan ESPARTANOS y que para el 42 Aniversario de Clan-19/Noviembre/1985 se hace ‘oficial’. Referiré que hubo argumentos como que representar a una raza de esclavos independientes no era atractivo, o que las denominaciones de animales eran para tropas, y que los Clanes necesitaban autonombrarse con un referente que pudiera generar sentido de orgullo, y crear una mística propia, lo que así sucedió en pocos meses con el Ceremonial (de lo cual no podemos abundar) que ya con el paso de los años se enriqueció mucho mas. Agregare que el 23/Diciembre/1985 un servidor contrae matrimonio en la Iglesia de Chuburná a la que acuden los Rovers aunque sin uniforme.




En definitiva a partir de fines de 1985 y ya en 1986, la Provincia y el Grupo conoció al Clan ESPARTANOS en toda actividad que en futuras Crónicas esperemos leer muchas victorias y aventuras que pudieran compartirse.

Incluyo de este modo fechas y precisiones personales que aseguran mi Crónica hasta la culminación de la hoy ya legendaria Mística del Clan ESPARTANOS del SINI-G3.

SLPS-Águila Audaz-Leónidas 1o.
Abelardo R. Alcocer Hernández (Lalo).⚜️

martes, 30 de enero de 2018

MI GUÍA Y SUBGUÍA


(Década 1970-1979)


Alejandro Cervera quien sería mi primer
Akela, y Ramón (Moncho) Matos. 
Avelino Paredes, Eva Laura Berumen,
Jaime Lozano (Akela) y Joaquín Salazar 
Después de una gran caída de ánimo al final de mi estancia en la manada, por fin el ansiado pase  a la tropa tuvo lugar. Ya se me hacía para “chicos” el ambiente de la sección donde pasé tan buenos momentos, donde vi pasar a Alejandro Cervera y a Jaime Lozano como Akelas y donde brumosamente recuerdo la visita de nuestro fundador, el Chief Durán. El local de la manada estaba en lo que llamábamos Multún, un terreno francamente feo donde actualmente solo hay casas en la García Ginerés, muy cerca de Circuito Colonias y la galletera Dondé. Yo ya quería ir a Tanlum con los grandes.
Al incorporarme a la tropa en 1976, fui asignado a la “dispersa” y entrona Búfalos, patrulla en la que pasé algunos de mis mejores momentos en el escultismo.
Daniel Riancho fue un buen líder y guía de patrulla, y es hasta la fecha un divertido amigo de un contagioso entusiasmo. Una nube de polvo anunciaba normalmente su arribo, pues apenas se hizo de un coche, su manía era acelerar, frenar y hacer círculos en la gran explanada polvosa que antecedía al local de tropa. Lo suyo para nada era llegar desapercibido.
Mi promesa de tropa 1977. Jorge
Contreras, Ernesto Cab y Carlos Pinto.

Ponía a todos atentos cuando contaba chistes o demostraba sus peculiares habilidades. Una de las que se pueden contar es la muy asquerosa de escupir un compacto gargajo hacia arriba, para después cacharlo limpiamente en la boca varios pasos más adelante. Por supuesto la tropa aplaudía y festejaba encantada.
Enrique Ruiz del Hoyo (+), de guitarra pronta y sonrisa permanente, era en esas fechas nuestro jovial y fornido subguía, pero además un gran contendiente cuando llegaba la hora de juegos cuerpo a cuerpo.
Todos los que pasamos por la tropa, casi sin darnos cuenta, nos entrenamos en esfuerzo, liderazgo, reto y trabajo en equipo. Esto incluye normalmente, momentos clave de feliz logro en el que alcanzas alguna meta que parecía imposible. Los papás entienden el valor de esto cuando llegamos a casa molidos, raspados y moreteados, pero ven en nuestra cara y actitud que ese día cambiamos, pues obtuvimos algo en la junta que no se consigue en ningún otro lado.
Enrique (Quique o Quiquino) representó ese logro para mí. Desde que ingresé lo vi hacer añicos las defensas en juegos de contacto, y simplemente se me hacía imparable en el “chupo”, especie de rudo tochito en el que el balón se cambia por un silbato y el punto se marca silbando al pasar la meta enemiga.
Crecí aceptando que era mi destino salir despedido miserablemente al enfrentarlo, pero un buen día, después de haber ganado unos centímetros y kilos, armado de valor logré sujetarlo, y tras varios metros de arrastre obtuve no solo que se detenga, sino derribarlo también. A partir de ese día me hizo morder el polvo mil veces más, pero de alguna manera ya nada fue igual.
Enrique  recién se nos adelantó en el año de 2017.


Algún día estimado Quique, algún día nos echaremos otro “chupo”.


Enrique Ruiz del Hoyo (+). Para nosotros Quique o Quiquino
Quique con Miguel (el gringo) Mark









 



















miércoles, 24 de enero de 2018

AIRE DE MEMORIAS


Aportación de el Dr. Antonio Guerrero Castro, actual Consejero Rover Responsable (antes Jefe de Clan) del Clan Espartanos del Grupo 3.

De los ochenta años que ha visto alegremente nuestro grupo, quien escribe estas letras ha permanecido en él doce, doce años que se barajan entre el inicio de mi vida como rover y como scouter en su manada y clan. Sobra escribir que las mejores experiencias de mi vida se han dado estando con los hermanos que el escultismo ha puesto en mi andar, hermanos que vienen y van, hermanos que sin duda siempre estarán.



Decenas de noches de campamento han servido de marco esencial para entablar interminables charlas que cobijan la sonrisa de cada uno de sus
elementos, elementos que le cantan a la vida en torno al calor de un fuego nuevo, en torno al silencio del claro viento. Caminatas y excursiones han forjado el temple de hombres y mujeres que planteándose un objetivo en el cielo lejano, han encontrado la paz y la alegría de compartir su día a día.

 Trazamos nuestros orígenes al lejano ’38, descubriendo a cada instante la magia de vivir la misma aventura que emprendieron los pioneros del ayer, hoy trazamos un rumbo fijo lleno de esperanzas y caminamos por la senda de una inequívoca felicidad.

¡Feliz cumpleaños ochenta, grupo tres! 

 




 

Antonio I. Guerrero Castro

 Leónidas IX

sábado, 11 de noviembre de 2017

LA CASA DE TRONCOS


(Década 1970-1979)

 
En la larga historia escultista del grupo 3, son muchos los locales en los que hemos desarrollado nuestras actividades, muchos bellos, todos recordables y su descripción merece una relatoría aparte.

 
La huerta de la ex hacienda Tanlum tuvo para muchas afortunadas generaciones, ventajas como sede del grupo que no se han repetido: mucha superficie, seguridad, privacidad, espléndida vegetación adecuada para las actividades scouts, pero sobre todo una gran belleza. Todo esto dio pie a muchas actividades interesantes, entre ellas el proyecto de construir los locales para cada una de las patrullas de la tropa.

 
Nuestros locales de patrulla en Tanlum, tropa Grupo 3 V.D.M., probablemente 1976
 
No está muy clara la fecha en que se realizaron estas construcciones (probablemente 1976), pues increíblemente es más difícil ubicarnos en el tiempo, que recordar en la huerta con lujo de detalles cosas como: el lugar exacto donde construimos, la trayectoria zigzagueante de sus senderos, el alto muro perimetral, la explanada central, el árbol de pimienta, el área de piñuelas, así como las dos altas columnas paralelas rematada por vigas de metal del fondo. Para los que en el 2017 ya acumulamos más de 50 calendarios y pasamos por las filas del 3, todo este escenario es recuerdo compartido, y es que somos muchos, pues centenares de rapazuelos durante décadas pasamos por ahí.

 
Yo era relativamente nuevo en la tropa y seguramente fue el primer proyecto importante en que participé en mi patrulla Búfalos con Daniel, Enrique, Mike el “gringo”, Garabito y Sergio. Y así, junto a la Castores, Águilas, Leopardos y Leones, empezamos a trabajar cada quien con un estilo y proyecto diferente.  

 
Normalmente en una construcción de campamento se invierten las horas previas, o cuando mucho se involucra el día anterior si ésta es para un concurso o exhibición. En esta ocasión, como la consigna era conseguir un resultado digno y duradero, la planeación y el desarrollo ocuparon muchas semanas de trabajo en equipo. En Tanlum, el espacio y el material nunca fueron un problema.

 
En la intersección de dos canales de riego había tres árboles grandes, adecuadamente ubicados para ser columnas vivas de soporte a nuestro local. “Plantamos” una columna, que sumada a los árboles, nos proporcionaron las patas de nuestro refugio, y con 4 “trabes” unimos sus partes superiores formando el cuadrado base del piso de nuestro local, pues la idea era hacer toda la construcción en alto.

 
Juanito Pietierno cortando su
primer árbol, dibujo del
 fundador Baden Powell
Cortar con hacha de leñador árboles vivos es una actividad impensable hoy, pero en esa época no había tanta conciencia ni escrúpulos ambientales. Fue toda una experiencia colaborar en el talado de cinco altos árboles jóvenes, y participar en las maniobras de izaje y aseguramiento de las trabes o vigas horizontales. 


Las siguientes etapas fueron para la escalera y piso de palos, barandal en el perímetro del segundo piso, tejidos de las literas, techo, instalar un toldo y  por supuesto posicionar orgullosos nuestro banderín en lo alto de uno de los árboles de soporte.
 

Uno de los muchos aniversarios que celebramos en Tanlum fue el pretexto para inaugurarlos. Tengo muy claro el recuerdo de nuestros papás y visitantes curioseando y de nosotros presumiendo nuestra obra.
 

Fueron varias las noches de acampado que realizamos como patrulla ahí, pero además tuve la gran fortuna de vivir en esa época a muy pocas calles de la hacienda, así que lo disfruté de muchas maneras los largos meses que estuvo de pie. Cualquier tarde después de clase, solo o con hermanos, primos o amigos, escalaba su árbol-mirador o me instalaba ahí a sentirme copropietario y guardián de ese lugar especial.

Troperos del Grupo 3 en la Hacienda de Tanlum, probablemente década de los 50´s.




viernes, 27 de octubre de 2017

FUTURITO O EL HOMBRE CAMPANA


(Década 1970-1979)
 
En éste nuestro suelo yucateco, los scouts disfrutamos de un sinfín de grutas para explorar, rapelear y nadar en sus cenotes subterráneos. Solo algunos ejemplos de las preferidas son Actún siete bocas, Yotholin y las majestuosas Calcehtok y Sabac Ha.
 
En las entrañas de la tierra yucateca

En los años setentas y ochentas del siglo pasado, pocos lugares fueron tan frecuentados por la tropa del Grupo 3 como Tecoh y Pebá, ambos con el atractivo de pequeñas grutas y cenotes, pero  Tecoh tenía algo especial. Ahí recorríamos la gruta enlodados y con aires de espeleólogo-explorador, para después cruzar a nado el cenote subterráneo, pero lo más peliagudo era salir, y éste precisamente era su plus.

El verdadero "paso del macho" en las grutas de Tecoh
Había de dos sopas: o regresabas por donde llegaste y salías a la superficie enlodado de nuevo (y un poco deshonrado) o afrontabas al temido PASO DEL MACHO, una salida exprés que es el tiro excavado de una noria que se encuentra al otro lado del cenote. Es decir, había que cruzar a nado y escalar en un túnel vertical de roca para salir limpio y orgulloso.
 
Futurito era el consentido de la tropa. Su nombre cristiano es Isidro, pero desde que se hizo scout a finales de los 70´s se ganó ese apodo al anunciar que tarde o temprano sería el guía de su patrulla Leones, y se hizo notar por dos cosas: era muy simpático y por que se quejaba amargamente de todo, por todo y todo el día.
 
Ese día, además de Futurito habías varios recién ingresados a la tropa, así que hubo marcación especial para cuidarlos en gruta y al bañarnos en el cenote. Después de un buen chapuzón, el jefe dio el silbatazo para que todos iniciáramos el ascenso, y como no hubo nadie que quisiera salir por la gruta, algún guía subió por el tiro para ubicar la soga con la que sacan agua con cubetas y  la posicionó para que los demás se ayudaran con ella al subir.
 

El ascenso continuó sin mayores contratiempos, lentamente pues tenía cierta dificultad ubicar los huecos tallados en la piedra para ir escalando. Como el ancho del claro era mayor de lo que podían abrir las piernas los menores, a algunos se les ayudaba amarrándole la soga a la cintura y/o subiendo alguien más grande inmediatamente detrás de ellos.
 
El joven Futurito insistió en subir solo y sin amarrarse, lo cual se le aceptó pero sin dejar de estar muy pendientes de él. Al tocarle el turno ya había varios espectadores en el brocal y otros tantos esperábamos después de él. Inició el ascenso algo inseguro pero muy determinado, con la lengua de lado y a medio salir, en un gesto muy suyo de concentración.
 
A medio ascenso, después de algunas pausas para resoplar, de repente resbaló un pie de los peldaños laterales… y luego el segundo pie también perdió contacto, quedándose peligrosamente suspendido de la cuerda solo son sus manos. El grito de los que lo veíamos desde arriba y abajo fue automático, y todos quedamos aterrados viendo como golpeaba su cuerpo en los costados del túnel vertical de piedra.
 
Los de arriba jalaron la cuerda para empezar a ascenderlo, alguien intentó subir para auxiliarlo desde abajo, mientras transcurrían varios segundos de real peligro que se nos quedarían a muchos grabados en la memoria, hasta que logró reposicionar los pies y ayudar en su rescate.
 
Al salir a la luz del sol, y apenas pudo decir algo, soltó unas palabrotas mientras temblaba visiblemente. Se había salvado de cuando menos alguna lesión dolorosa, pero ignoraba que no lo podría hacer de su nuevo apodo: Futurito, el hombre campana
 
Scouts del G-3 en el Lol-tun preturístico.
Probablemente década 50´s
Tropa G-3 en gruta Calcehtok, 1980
 
Clan Espartanos, grutas Yotholín, 1986



 

 

sábado, 14 de octubre de 2017

UNA FOGATA ESPECIAL


(Década 1990-1999)

 


Fogata de campamento, tropero antiguo
Las hay de todos los tamaños y formas. Tienen un gran simbolismo de unión y hermandad para el escultismo, y aunque ahora se desalienta a hacerlas por aquello de la contaminación, difícilmente se pueda prescindir del calor y presencia de las fogatas en los grandes momentos.
 

En el año de 1995, un gran amigo y figura reconocida por su carisma y don de gentes, Juan Ramón Vera Triay, asumió la presidencia de la Provincia Yucatán. “Juanra” invitó a mi grupo a apoyarlo en la realización de la fogata que enmarcaría el evento.
 

Cuando se definió el lugar en el que se realizaría, por obvias razones casi se cancela la idea de incluir fuego. El Polifórum Zamná, parte del complejo deportivo Kukulkán, es una estructura grande, techada y contaba en ese entonces, con suelo de cemento.
 

1981. Corte de honor en ruinas de Aké

Nos plantearon la alternativa de un fuego simbólico, pero eso sería casi una antorcha en lugar de una fogata, así que pusimos manos a la obra para hacer algo digno y solucionar los inconvenientes del lugar.
 

Lo primero fue aislar el suelo para evitar su deterioro. Una plataforma bastante generosa de piedras y lodo cumplieron ese cometido. Lo siguiente fue procurar mantener la fogata en un foco central sin desplomarse, para lo cual se puso a modo de pantalla, una barrera con troncos en forma de cono trunco invertido, la cual mantenía su forma abrazada por aros de cabilla. A primera vista, parecía una corona, en cuyo centro se construyó la pirámide de troncos usual.

 

El siguiente reto era el que normalmente pasa por tu mente cuando estás a cargo del diseño de una fogata ceremonial colectiva. ¿Cómo hacerla diferente? ¿Cómo lograr que su 
1990, aniversario 52, Hacienda Thadzibichén
encendido no sea como el de miles antes de hoy? Si no lo lográbamos, cuando menos lo intentaríamos, ¡Claro que sí! Pero algo teníamos muy claro: el fuego debía surcar el aire, y mientras más lejos fuera su origen, mejor.

 
El Polifórum es un domo con un foro central circular y gradas perimetrales. Tiene una altura considerable y en lo más alto del techo cuenta con una grúa o malacate para izar lámparas o estructuras, así que contábamos con las condiciones para algo especial. De las muchas alternativas que consideramos, la que ganó fue un sistema que en pocas palabras subiría el fuego en diagonal hasta el techo y lo bajaría a plomo sobre la fogata para encenderla. La estructura base que instalamos para lograr esto, era un cable de acero que subía inclinado desde un punto del círculo del escenario hasta la cúspide del techo, y bajaba también en diagonal hasta el extremo contrario de su inicio.

 
2017. Fogata 79 aniversario G-3

Si el cable antes descrito era la “carretera” en la que correría el fuego, el “automóvil” que lo transportaría era un tubo galvanizado de aproximadamente un metro y medio de largo y dos pulgadas de calibre, a través y a lo largo del cual corría el “cable-carretera”. La energía para lograr que nuestro automóvil subiera por la pendiente y se ubicara sobre la fogata, se obtuvo uniendo este tubo-antorcha  a un contrapeso que lo arrastraría al bajar por el cable en la cuesta opuesta.

 
Este ingenio conseguía situar el fuego a varias decenas de metros sobre el objetivo, inflamando otro dispositivo suspendido en el punto más alto del recinto. Si todo salía bien, una bola de fuego descendería verticalmente por un segundo cable para un espectacular final.

 

1995, diagrama de fogata toma protesta Consejo de Provincia, a cargo del G-3, V.D.M.

Una vez instalado el circo, e innumerables pruebas después, le dimos el visto bueno, que no es lo mismo a estar tranquilos ni confiados. Demasiadas cosas podrían fallar...

 
El día llegó, y todos los grupos de Mérida fueron haciéndose presentes, y entonces nos dimos cuenta que el evento se estaba grabando para transmitirlo en la televisora local, en un programa llamado Tiempo Scout. ¡Nuestro éxito o fracaso quedaría para la posteridad!

 
La ceremonia protocolaria dio inicio. Alguna autoridad invitada encendió la antorcha, la cual inició un suave, casi solemne ascenso para la percepción de los demás, mientras para nosotros solo fue un largo y angustioso suplicio. El fuego se comunicó en lo alto, y segundos después, en la penumbra y silencio más expectante, se desplazó con un zumbido en caída libre, aterrizando e incendiando la fogata como estaba planeado.
 
Como reflejo de nuestro estado de ánimo, me quedo con la imagen del Guillo, que no dejaba de brincar aliviado y emocionado. Habíamos cumplido con nuestra parte.

sábado, 7 de octubre de 2017

PERRO NEGRO - TRASERO BLANCO


 

 (Década 1970-1979)

 

El que no ha sufrido la pérdida de sus alimentos en campamento… es porque no ha estado en un campamento de verdad (o cuando menos no en suficientes).
 

En alguna de tantas salidas, algunos dicen que aniversario, otros que alguna caminata, alguien de repente reportó que nos habían robado la carne para el almuerzo, y que había visto al ladrón. La descripción del delincuente no era muy detallada, pues solo lo vio un segundo y en franca huida. El testigo solo acertó a decir que creía era un perro, que éste era negro,  y que alcanzó a distinguirle su blanco trasero.
 

Con esta información, y con el fantasma del hambre acechándonos, se inició la cacería, vigorosa, organizada, rápida… pero totalmente inútil. Del perro negro del trasero blanco, (y de nuestra carne) ni sus luces. No hay registro tampoco de que se hizo para poder sobrevivir sin comida, pero casi seguro pasamos la vergüenza de comprar  latería o galletas en el  pueblo más cercano.
 

Estos son los hechos. La leyenda empezó en las siguientes salidas. En algunas de ellas desaparecía de nuevo la comida y se repetía la historia: reporte de perro negro con el trasero blanco, corretiza y cero resultado.
 

Generaciones después se sigue temiendo la aparición del mítico perro negro.  Cuando acampes cuídate de él, y puedes llamarle así: “el perro negro del trasero blanco” (el nombre vulgar no se pudo poner aquí).

Recreación del famoso perro negro del trasero blanco (nadie lo ha visto más que de espaldas).