(Década de 1940-49)
En
el año de 2018 celebraremos el 80° aniversario del Grupo 3 V.D.M., pero además el 75° de
nuestro clan Espartanos, el primero en esta región de México.
Hace
25 años, en noviembre de 1993, celebramos con una cena especialísima los 50
años de haberse fundado el clan, e hicieron acto de presencia representantes de
muchas generaciones, aunque ninguna tan reconocida como la de los fundadores. El
programa de nuestra velada por supuesto inició con la oración rover, un brindis
por los presentes y ausentes de tantas camadas, y continuó con el recuento de
anécdotas.
Este
es el marco y el pretexto para reseñar la fecha en la que inicio formalmente
nuestro hoy clan Espartanos y para transcribir y atesorar la intervención de
algunos de nuestros pioneros.
Creación del clan de rovers
del Grupo 3
Nos
acompañaban ese día de 1993, cuatro de los nueve muchachos que el 19 de
noviembre de 1943 hicieron su vigilia en la capilla del Cristo de las Ampollas,
los mismos que tuvieron la vivencia de su investidura en un escenario
privilegiado, el altar mayor de la S. I. Catedral:
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Investidura de los primeros rovers de la península en la Catedral de Mérida.
El uniforme es el que usaba el Grupo 3 en sus primeras épocas |
Piloto:
Eduardo Laviada Arrigunaga
Subpiloto:
Emilio de J. Sosa Heredia.
Escudero:
Víctor Segovia Pinto, y
Escudero:
Wiberth Cámara Rivas
Todos
ellos nos hablaron emocionados de esa gran ocasión para nuestro grupo.
Recordaron la presencia del capellán Joaquín Ricalde, quien les ofició una
misa, y las de Miguel Taboada, jefe de clan y por supuesto del Chief, Don
Víctor Durán Marín, en ese entonces Jefe de Grupo.
Como
invitado especial en la investidura estaba el Dr. Víctor Suárez Molina, en ese
momento Comisionado de Distrito, quien como menciona Don Juan Francisco Peón en
su escrito “Tres etapas del escultismo en Yucatán”, fue el más decidido
promotor de los primeros tres grupos scouts yucatecos (1, 2 y 3) pues fue quien
trajo la autorización del Consejo Nacional de los Scouts de México para fundar
el movimiento en Yucatán.
El
Profesor Santiago Herrera Castillo (Don Chano), presente también, era la figura
ya reconocida que había formado desde 1931, al “Cuerpo de Exploradores de
Yucatán” de la nueva Ariel, antecesora de la Asociación de Scouts de México. En
estas fechas de 1943, Don Chano había integrado a sus Exploradores de Yucatán a
la Asociación, formando el nuevo Grupo 4 y él desempeñaba el cargo de
subcomisario de Provincia.
Ese
evento con tan notables presencias y tan relevante para el roverismo por crearse
el primer clan en la península, terminó con un desayuno en la casa de los
gemelos Laviada de tobijoloches y atole nuevo, junto con familiares y amigos.
Intervenciones de los
fundadores
Lic. Emilio de Jesús Sosa
Heredia:
- La juventud
y la experiencia. Nosotros tenemos juventud acumulada, masivamente acumulada -.
- En la época
de nuestra investidura, la edad de clan era de 17 a 23 años, y se usaba para
nosotros el nombre completo de rover scout, no solo rover como ahora. Algunas
de nuestras excursiones de las que estamos orgullosos son por ejemplo la de
Valladolid, a la que fuimos en tren, y en la que pasamos por un lugar al que
llamaban el quemadal, largo, seco y difícil tramo sin una sola sombra - .
- Otro que
recordamos mucho es la excursión a Cobá, en la que nos atacaron cientos de
garrapatas, y la de Palenque en la época en la que el ferrocarril del Sureste
no daba servicio al público hasta Escárcega que es a donde queríamos
trasladarnos. Por una concesión, nos permitieron viajar en plataforma hasta ahí,
de donde iniciamos los dos días a pié hasta Palenque, a través de una brecha en
plena selva. Llevábamos dos mulas de carga y por supuesto dormimos en medio de
la nada. Recordamos mucho a Segovia que caminaba dormido con su quinqué en la
mano -.
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Caminata de la tropa del Grupo 3 a Cobá |
- Otros
recorridos de 5 o 6 días fue a las zonas arqueológicas de la ahora llamada ruta
Puuc. Kabah, Sayil, Labná y demás hasta salir a Oxkutzcab. No había nada
parecido a un camino entonces -.
- Era famosa
entre nosotros la Patrulla Lobos, quienes al segundo día de cualquier
campamento se acababan toda la comida que hubiesen llevado, pues así eran de
tragones. A partir de entonces, al terminar la hora de la comida pasaban con su
olla por los campamentos de todas las demás patrullas, recogiendo los restos de
lo que hubiesen cocinado. Todo se mezclaba ahí: arroz con leche, huevo, café,
carne cocida, etc.; ponían el conjunto en el fuego y lo mezclaban. Esa cosa
espantosa sería su alimento y lo bautizaron como la Torta Lobo -.
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La mítica Torta Lobo |
Dr. Eduardo
Laviada Arrigunaga:
- Yo hablo en
nombre de la momiza, y EXIJO que se me considere como tal. No en balde soy el
más viejo de todos los presentes. Por todos los años que cargo encima de mis
débiles hombros, ya se me olvidan algunas cosas, pero ahí les va: -.
- Ya sé que
ustedes están muy orgullosos de decir “Siempre imitado, nunca igualado”, pues
yo les voy a decir cómo nació -.
- Eso lo
inventó Emilio (se refiere al Lic. Emilio, “El Pato” Sosa) cuando nos reuníamos en mi casa, en la cual estaba el rincón de la
patrulla Leopardos, y ahí el vio una botella de vinagre que fabricaba Don Julio
Rendón, elaborado a base de miel. Pues bien, esta botella tenía un letrerote
que decía “Siempre imitado, nunca igualado”, entonces lamentablemente no puedo
decir que nuestro lema de tantos años haya sido de la inspiración de Emilio.
Pero el fue también quien empezó a decir lo que se convertiría en nuestro
grito, que se decía originalmente así: -.
- ¡Grupo tres!
(tres veces), y se respondía: siempre
imitado nunca igualado (una vez) -.
Nota: Hoy por hoy, el grito y lema del grupo se usa
como se describe a continuación:
Dirigente o
scouter:
¡Grupo tres!
Todo el grupo: ¡Siempre imitado nunca
igualado!
Repitiéndose el ciclo tres veces.
- Otra cosa
que contar de la patrulla Lobos, además de su asquerosa torta, es que ello
fabricaban para vendernos en campamento un preparado que utilizaban los que se
escaldaban. Mezclaban Vick Vaporub con pasta de dientes y los ponían en botellitas
de Gerber, y más de uno terminaba untándoselo en el fundillo -.
La siguiente es tal vez una de los recuerdos más
conocidos que nos han compartido gente de esa primera generación. Sigue
relatando don Eduardo Laviada:
- De nuestra
patrulla Leopardos es la anécdota siguiente: estando en mi casa, reunidos en
nuestro local, Emilio de pronto dijo subiendo la voz: “Que nos trague la tierra
si la patrulla Leopardos no es la mejor”, y en ese momento se desplomó el piso
pues estábamos parados encima de un sumidero. Todos sin excepción terminamos
remojados en la caca -.
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¡Que se hunda el suelo! |
Arqueólogo
Víctor Segovia Pinto:
- Estoy
convencido que a mi paso por el grupo 3 y los scout, le debo mi profesión -.
- En una
investidura de clan que realizamos en Xoclán, por la amistad que teníamos con
él, se me ocurrió tirar al Padre Ricalde (Pbro. Joaquín A. Ricalde Sansores, capellán scout) al tanque
de la hacienda con todo y sotana. Salió del agua totalmente cubierto de
gusarapos -.
- Otro evento
inolvidable fue la caminata que realizamos desde la Hacienda Tankuché
(Campeche) en la que recorrimos la zanja del Remate hasta llegar al mar y de
ahí costeando hasta Isla Arena -.
Este evento relatado por el
arqueólogo tuvo lugar en el año de 1948, y en el 2009 los “Xcouts” (Grupo de ex scouts adultos de varios grupos de Mérida) visitamos los mismos lugares.
Inclusive esa salida conmemorativa fue bautizada como “El Bitoque” por lo que
aquí nos cuenta Don Víctor. (Ver reseña en blog Xcout)
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El Bitoque en Tankuché, Campeche |
- En la
hacienda había mucho mango verde, y Cárdenas se empacho por haberse comido
demasiados. Para su desgracia los Laviada ya habían empezado a estudiar
medicina, y dictaminaron que había que sacar los mangos con una lavativa -.
- Contábamos
con el recipiente adecuado, pero no con el bitoque (cánula que se inserta para
la introducción del líquido) la que conseguimos
después de buscar en toda la hacienda. Como no había colaboración, Antonio
quien estaba de nuestro jefe nos dio la señal y lo sujetamos entre todos. Lo
peor fue que en pleno proceso, con los brincos, el bitoque se salió, rebotó y
cayó hasta un corral cercano -.
- Después de
ubicarlo a la luz de unas velas y pretender usarlo de nuevo, nos dimos cuenta
que estaba tupido con estiércol de ganado. Nos tuvimos que rifar para
soplarlo y poder destupirlo-.
Ya no le pedimos más detalles a don Víctor, pero
parece que terminó bien la intervención y todos
pudieron completar su aventura.