sábado, 11 de noviembre de 2017

LA CASA DE TRONCOS


(Década 1970-1979)

 
En la larga historia escultista del grupo 3, son muchos los locales en los que hemos desarrollado nuestras actividades, muchos bellos, todos recordables y su descripción merece una relatoría aparte.

 
La huerta de la ex hacienda Tanlum tuvo para muchas afortunadas generaciones, ventajas como sede del grupo que no se han repetido: mucha superficie, seguridad, privacidad, espléndida vegetación adecuada para las actividades scouts, pero sobre todo una gran belleza. Todo esto dio pie a muchas actividades interesantes, entre ellas el proyecto de construir los locales para cada una de las patrullas de la tropa.

 
Nuestros locales de patrulla en Tanlum, tropa Grupo 3 V.D.M., probablemente 1976
 
No está muy clara la fecha en que se realizaron estas construcciones (probablemente 1976), pues increíblemente es más difícil ubicarnos en el tiempo, que recordar en la huerta con lujo de detalles cosas como: el lugar exacto donde construimos, la trayectoria zigzagueante de sus senderos, el alto muro perimetral, la explanada central, el árbol de pimienta, el área de piñuelas, así como las dos altas columnas paralelas rematada por vigas de metal del fondo. Para los que en el 2017 ya acumulamos más de 50 calendarios y pasamos por las filas del 3, todo este escenario es recuerdo compartido, y es que somos muchos, pues centenares de rapazuelos durante décadas pasamos por ahí.

 
Yo era relativamente nuevo en la tropa y seguramente fue el primer proyecto importante en que participé en mi patrulla Búfalos con Daniel, Enrique, Mike el “gringo”, Garabito y Sergio. Y así, junto a la Castores, Águilas, Leopardos y Leones, empezamos a trabajar cada quien con un estilo y proyecto diferente.  

 
Normalmente en una construcción de campamento se invierten las horas previas, o cuando mucho se involucra el día anterior si ésta es para un concurso o exhibición. En esta ocasión, como la consigna era conseguir un resultado digno y duradero, la planeación y el desarrollo ocuparon muchas semanas de trabajo en equipo. En Tanlum, el espacio y el material nunca fueron un problema.

 
En la intersección de dos canales de riego había tres árboles grandes, adecuadamente ubicados para ser columnas vivas de soporte a nuestro local. “Plantamos” una columna, que sumada a los árboles, nos proporcionaron las patas de nuestro refugio, y con 4 “trabes” unimos sus partes superiores formando el cuadrado base del piso de nuestro local, pues la idea era hacer toda la construcción en alto.

 
Juanito Pietierno cortando su
primer árbol, dibujo del
 fundador Baden Powell
Cortar con hacha de leñador árboles vivos es una actividad impensable hoy, pero en esa época no había tanta conciencia ni escrúpulos ambientales. Fue toda una experiencia colaborar en el talado de cinco altos árboles jóvenes, y participar en las maniobras de izaje y aseguramiento de las trabes o vigas horizontales. 


Las siguientes etapas fueron para la escalera y piso de palos, barandal en el perímetro del segundo piso, tejidos de las literas, techo, instalar un toldo y  por supuesto posicionar orgullosos nuestro banderín en lo alto de uno de los árboles de soporte.
 

Uno de los muchos aniversarios que celebramos en Tanlum fue el pretexto para inaugurarlos. Tengo muy claro el recuerdo de nuestros papás y visitantes curioseando y de nosotros presumiendo nuestra obra.
 

Fueron varias las noches de acampado que realizamos como patrulla ahí, pero además tuve la gran fortuna de vivir en esa época a muy pocas calles de la hacienda, así que lo disfruté de muchas maneras los largos meses que estuvo de pie. Cualquier tarde después de clase, solo o con hermanos, primos o amigos, escalaba su árbol-mirador o me instalaba ahí a sentirme copropietario y guardián de ese lugar especial.

Troperos del Grupo 3 en la Hacienda de Tanlum, probablemente década de los 50´s.




viernes, 27 de octubre de 2017

FUTURITO O EL HOMBRE CAMPANA


(Década 1970-1979)
 
En éste nuestro suelo yucateco, los scouts disfrutamos de un sinfín de grutas para explorar, rapelear y nadar en sus cenotes subterráneos. Solo algunos ejemplos de las preferidas son Actún siete bocas, Yotholin y las majestuosas Calcehtok y Sabac Ha.
 
En las entrañas de la tierra yucateca

En los años setentas y ochentas del siglo pasado, pocos lugares fueron tan frecuentados por la tropa del Grupo 3 como Tecoh y Pebá, ambos con el atractivo de pequeñas grutas y cenotes, pero  Tecoh tenía algo especial. Ahí recorríamos la gruta enlodados y con aires de espeleólogo-explorador, para después cruzar a nado el cenote subterráneo, pero lo más peliagudo era salir, y éste precisamente era su plus.

El verdadero "paso del macho" en las grutas de Tecoh
Había de dos sopas: o regresabas por donde llegaste y salías a la superficie enlodado de nuevo (y un poco deshonrado) o afrontabas al temido PASO DEL MACHO, una salida exprés que es el tiro excavado de una noria que se encuentra al otro lado del cenote. Es decir, había que cruzar a nado y escalar en un túnel vertical de roca para salir limpio y orgulloso.
 
Futurito era el consentido de la tropa. Su nombre cristiano es Isidro, pero desde que se hizo scout a finales de los 70´s se ganó ese apodo al anunciar que tarde o temprano sería el guía de su patrulla Leones, y se hizo notar por dos cosas: era muy simpático y por que se quejaba amargamente de todo, por todo y todo el día.
 
Ese día, además de Futurito habías varios recién ingresados a la tropa, así que hubo marcación especial para cuidarlos en gruta y al bañarnos en el cenote. Después de un buen chapuzón, el jefe dio el silbatazo para que todos iniciáramos el ascenso, y como no hubo nadie que quisiera salir por la gruta, algún guía subió por el tiro para ubicar la soga con la que sacan agua con cubetas y  la posicionó para que los demás se ayudaran con ella al subir.
 

El ascenso continuó sin mayores contratiempos, lentamente pues tenía cierta dificultad ubicar los huecos tallados en la piedra para ir escalando. Como el ancho del claro era mayor de lo que podían abrir las piernas los menores, a algunos se les ayudaba amarrándole la soga a la cintura y/o subiendo alguien más grande inmediatamente detrás de ellos.
 
El joven Futurito insistió en subir solo y sin amarrarse, lo cual se le aceptó pero sin dejar de estar muy pendientes de él. Al tocarle el turno ya había varios espectadores en el brocal y otros tantos esperábamos después de él. Inició el ascenso algo inseguro pero muy determinado, con la lengua de lado y a medio salir, en un gesto muy suyo de concentración.
 
A medio ascenso, después de algunas pausas para resoplar, de repente resbaló un pie de los peldaños laterales… y luego el segundo pie también perdió contacto, quedándose peligrosamente suspendido de la cuerda solo son sus manos. El grito de los que lo veíamos desde arriba y abajo fue automático, y todos quedamos aterrados viendo como golpeaba su cuerpo en los costados del túnel vertical de piedra.
 
Los de arriba jalaron la cuerda para empezar a ascenderlo, alguien intentó subir para auxiliarlo desde abajo, mientras transcurrían varios segundos de real peligro que se nos quedarían a muchos grabados en la memoria, hasta que logró reposicionar los pies y ayudar en su rescate.
 
Al salir a la luz del sol, y apenas pudo decir algo, soltó unas palabrotas mientras temblaba visiblemente. Se había salvado de cuando menos alguna lesión dolorosa, pero ignoraba que no lo podría hacer de su nuevo apodo: Futurito, el hombre campana
 
Scouts del G-3 en el Lol-tun preturístico.
Probablemente década 50´s
Tropa G-3 en gruta Calcehtok, 1980
 
Clan Espartanos, grutas Yotholín, 1986



 

 

sábado, 14 de octubre de 2017

UNA FOGATA ESPECIAL


(Década 1990-1999)

 


Fogata de campamento, tropero antiguo
Las hay de todos los tamaños y formas. Tienen un gran simbolismo de unión y hermandad para el escultismo, y aunque ahora se desalienta a hacerlas por aquello de la contaminación, difícilmente se pueda prescindir del calor y presencia de las fogatas en los grandes momentos.
 

En el año de 1995, un gran amigo y figura reconocida por su carisma y don de gentes, Juan Ramón Vera Triay, asumió la presidencia de la Provincia Yucatán. “Juanra” invitó a mi grupo a apoyarlo en la realización de la fogata que enmarcaría el evento.
 

Cuando se definió el lugar en el que se realizaría, por obvias razones casi se cancela la idea de incluir fuego. El Polifórum Zamná, parte del complejo deportivo Kukulkán, es una estructura grande, techada y contaba en ese entonces, con suelo de cemento.
 

1981. Corte de honor en ruinas de Aké

Nos plantearon la alternativa de un fuego simbólico, pero eso sería casi una antorcha en lugar de una fogata, así que pusimos manos a la obra para hacer algo digno y solucionar los inconvenientes del lugar.
 

Lo primero fue aislar el suelo para evitar su deterioro. Una plataforma bastante generosa de piedras y lodo cumplieron ese cometido. Lo siguiente fue procurar mantener la fogata en un foco central sin desplomarse, para lo cual se puso a modo de pantalla, una barrera con troncos en forma de cono trunco invertido, la cual mantenía su forma abrazada por aros de cabilla. A primera vista, parecía una corona, en cuyo centro se construyó la pirámide de troncos usual.

 

El siguiente reto era el que normalmente pasa por tu mente cuando estás a cargo del diseño de una fogata ceremonial colectiva. ¿Cómo hacerla diferente? ¿Cómo lograr que su 
1990, aniversario 52, Hacienda Thadzibichén
encendido no sea como el de miles antes de hoy? Si no lo lográbamos, cuando menos lo intentaríamos, ¡Claro que sí! Pero algo teníamos muy claro: el fuego debía surcar el aire, y mientras más lejos fuera su origen, mejor.

 
El Polifórum es un domo con un foro central circular y gradas perimetrales. Tiene una altura considerable y en lo más alto del techo cuenta con una grúa o malacate para izar lámparas o estructuras, así que contábamos con las condiciones para algo especial. De las muchas alternativas que consideramos, la que ganó fue un sistema que en pocas palabras subiría el fuego en diagonal hasta el techo y lo bajaría a plomo sobre la fogata para encenderla. La estructura base que instalamos para lograr esto, era un cable de acero que subía inclinado desde un punto del círculo del escenario hasta la cúspide del techo, y bajaba también en diagonal hasta el extremo contrario de su inicio.

 
2017. Fogata 79 aniversario G-3

Si el cable antes descrito era la “carretera” en la que correría el fuego, el “automóvil” que lo transportaría era un tubo galvanizado de aproximadamente un metro y medio de largo y dos pulgadas de calibre, a través y a lo largo del cual corría el “cable-carretera”. La energía para lograr que nuestro automóvil subiera por la pendiente y se ubicara sobre la fogata, se obtuvo uniendo este tubo-antorcha  a un contrapeso que lo arrastraría al bajar por el cable en la cuesta opuesta.

 
Este ingenio conseguía situar el fuego a varias decenas de metros sobre el objetivo, inflamando otro dispositivo suspendido en el punto más alto del recinto. Si todo salía bien, una bola de fuego descendería verticalmente por un segundo cable para un espectacular final.

 

1995, diagrama de fogata toma protesta Consejo de Provincia, a cargo del G-3, V.D.M.

Una vez instalado el circo, e innumerables pruebas después, le dimos el visto bueno, que no es lo mismo a estar tranquilos ni confiados. Demasiadas cosas podrían fallar...

 
El día llegó, y todos los grupos de Mérida fueron haciéndose presentes, y entonces nos dimos cuenta que el evento se estaba grabando para transmitirlo en la televisora local, en un programa llamado Tiempo Scout. ¡Nuestro éxito o fracaso quedaría para la posteridad!

 
La ceremonia protocolaria dio inicio. Alguna autoridad invitada encendió la antorcha, la cual inició un suave, casi solemne ascenso para la percepción de los demás, mientras para nosotros solo fue un largo y angustioso suplicio. El fuego se comunicó en lo alto, y segundos después, en la penumbra y silencio más expectante, se desplazó con un zumbido en caída libre, aterrizando e incendiando la fogata como estaba planeado.
 
Como reflejo de nuestro estado de ánimo, me quedo con la imagen del Guillo, que no dejaba de brincar aliviado y emocionado. Habíamos cumplido con nuestra parte.

sábado, 7 de octubre de 2017

PERRO NEGRO - TRASERO BLANCO


 

 (Década 1970-1979)

 

El que no ha sufrido la pérdida de sus alimentos en campamento… es porque no ha estado en un campamento de verdad (o cuando menos no en suficientes).
 

En alguna de tantas salidas, algunos dicen que aniversario, otros que alguna caminata, alguien de repente reportó que nos habían robado la carne para el almuerzo, y que había visto al ladrón. La descripción del delincuente no era muy detallada, pues solo lo vio un segundo y en franca huida. El testigo solo acertó a decir que creía era un perro, que éste era negro,  y que alcanzó a distinguirle su blanco trasero.
 

Con esta información, y con el fantasma del hambre acechándonos, se inició la cacería, vigorosa, organizada, rápida… pero totalmente inútil. Del perro negro del trasero blanco, (y de nuestra carne) ni sus luces. No hay registro tampoco de que se hizo para poder sobrevivir sin comida, pero casi seguro pasamos la vergüenza de comprar  latería o galletas en el  pueblo más cercano.
 

Estos son los hechos. La leyenda empezó en las siguientes salidas. En algunas de ellas desaparecía de nuevo la comida y se repetía la historia: reporte de perro negro con el trasero blanco, corretiza y cero resultado.
 

Generaciones después se sigue temiendo la aparición del mítico perro negro.  Cuando acampes cuídate de él, y puedes llamarle así: “el perro negro del trasero blanco” (el nombre vulgar no se pudo poner aquí).

Recreación del famoso perro negro del trasero blanco (nadie lo ha visto más que de espaldas).

sábado, 30 de septiembre de 2017

ENCUENTRO DE GENERACIONES


(Década de 1940-49)

 

En el año de 2018 celebraremos el 80° aniversario del Grupo 3 V.D.M., pero además el 75° de nuestro clan Espartanos, el primero en esta región de México.
 

Hace 25 años, en noviembre de 1993, celebramos con una cena especialísima los 50 años de haberse fundado el clan, e hicieron acto de presencia representantes de muchas generaciones, aunque ninguna tan reconocida como la de los fundadores. El programa de nuestra velada por supuesto inició con la oración rover, un brindis por los presentes y ausentes de tantas camadas, y continuó con el recuento de anécdotas.

 
Este es el marco y el pretexto para reseñar la fecha en la que inicio formalmente nuestro hoy clan Espartanos y para transcribir y atesorar la intervención de algunos de nuestros pioneros.

 
Creación del clan de rovers del Grupo 3

 
Nos acompañaban ese día de 1993, cuatro de los nueve muchachos que el 19 de noviembre de 1943 hicieron su vigilia en la capilla del Cristo de las Ampollas, los mismos que tuvieron la vivencia de su investidura en un escenario privilegiado, el altar mayor de la S. I. Catedral:

 

Investidura de los primeros rovers de la península en la Catedral de Mérida.
El uniforme es el que usaba el Grupo 3 en sus primeras épocas 
Piloto: Eduardo Laviada Arrigunaga

Subpiloto: Emilio de J. Sosa Heredia.

Escudero: Víctor Segovia Pinto, y

Escudero: Wiberth Cámara Rivas

 

Todos ellos nos hablaron emocionados de esa gran ocasión para nuestro grupo. Recordaron la presencia del capellán Joaquín Ricalde, quien les ofició una misa, y las de Miguel Taboada, jefe de clan y por supuesto del Chief, Don Víctor Durán Marín, en ese entonces Jefe de Grupo.

 
Como invitado especial en la investidura estaba el Dr. Víctor Suárez Molina, en ese momento Comisionado de Distrito, quien como menciona Don Juan Francisco Peón en su escrito “Tres etapas del escultismo en Yucatán”, fue el más decidido promotor de los primeros tres grupos scouts yucatecos (1, 2 y 3) pues fue quien trajo la autorización del Consejo Nacional de los Scouts de México para fundar el movimiento en Yucatán.

 
El Profesor Santiago Herrera Castillo (Don Chano), presente también, era la figura ya reconocida que había formado desde 1931, al “Cuerpo de Exploradores de Yucatán” de la nueva Ariel, antecesora de la Asociación de Scouts de México. En estas fechas de 1943, Don Chano había integrado a sus Exploradores de Yucatán a la Asociación, formando el nuevo Grupo 4 y él desempeñaba el cargo de subcomisario de Provincia.


Ese evento con tan notables presencias y tan relevante para el roverismo por crearse el primer clan en la península, terminó con un desayuno en la casa de los gemelos Laviada de tobijoloches y atole nuevo, junto con familiares y amigos.

 
Intervenciones de los fundadores

 
Lic. Emilio de Jesús Sosa Heredia:


- La juventud y la experiencia. Nosotros tenemos juventud acumulada, masivamente acumulada -.

- En la época de nuestra investidura, la edad de clan era de 17 a 23 años, y se usaba para nosotros el nombre completo de rover scout, no solo rover como ahora. Algunas de nuestras excursiones de las que estamos orgullosos son por ejemplo la de Valladolid, a la que fuimos en tren, y en la que pasamos por un lugar al que llamaban el quemadal, largo, seco y difícil tramo sin una sola sombra - .

- Otro que recordamos mucho es la excursión a Cobá, en la que nos atacaron cientos de garrapatas, y la de Palenque en la época en la que el ferrocarril del Sureste no daba servicio al público hasta Escárcega que es a donde queríamos trasladarnos. Por una concesión, nos permitieron viajar en plataforma hasta ahí, de donde iniciamos los dos días a pié hasta Palenque, a través de una brecha en plena selva. Llevábamos dos mulas de carga y por supuesto dormimos en medio de la nada. Recordamos mucho a Segovia que caminaba dormido con su quinqué en la mano -.

Caminata de la tropa del Grupo 3 a Cobá
- Otros recorridos de 5 o 6 días fue a las zonas arqueológicas de la ahora llamada ruta Puuc. Kabah, Sayil, Labná y demás hasta salir a Oxkutzcab. No había nada parecido a un camino entonces -.

- Era famosa entre nosotros la Patrulla Lobos, quienes al segundo día de cualquier campamento se acababan toda la comida que hubiesen llevado, pues así eran de tragones. A partir de entonces, al terminar la hora de la comida pasaban con su olla por los campamentos de todas las demás patrullas, recogiendo los restos de lo que hubiesen cocinado. Todo se mezclaba ahí: arroz con leche, huevo, café, carne cocida, etc.; ponían el conjunto en el fuego y lo mezclaban. Esa cosa espantosa sería su alimento y lo bautizaron como la Torta Lobo -.

La mítica Torta Lobo
Dr. Eduardo Laviada Arrigunaga:

- Yo hablo en nombre de la momiza, y EXIJO que se me considere como tal. No en balde soy el más viejo de todos los presentes. Por todos los años que cargo encima de mis débiles hombros, ya se me olvidan algunas cosas, pero ahí les va:  -.

- Ya sé que ustedes están muy orgullosos de decir “Siempre imitado, nunca igualado”, pues yo les voy a decir cómo nació -.

- Eso lo inventó Emilio (se refiere al Lic. Emilio, “El Pato” Sosa) cuando nos reuníamos en mi casa, en la cual estaba el rincón de la patrulla Leopardos, y ahí el vio una botella de vinagre que fabricaba Don Julio Rendón, elaborado a base de miel. Pues bien, esta botella tenía un letrerote que decía “Siempre imitado, nunca igualado”, entonces lamentablemente no puedo decir que nuestro lema de tantos años haya sido de la inspiración de Emilio. Pero el fue también quien empezó a decir lo que se convertiría en nuestro grito, que se decía originalmente así: -.

- ¡Grupo tres! (tres veces),  y se respondía: siempre imitado nunca igualado (una vez) -.

Nota:  Hoy por hoy, el grito y lema del grupo se usa como se describe a continuación:

Dirigente o scouter: ¡Grupo tres!

Todo el grupo: ¡Siempre imitado nunca igualado!

Repitiéndose el ciclo tres veces.

- Otra cosa que contar de la patrulla Lobos, además de su asquerosa torta, es que ello fabricaban para vendernos en campamento un preparado que utilizaban los que se escaldaban. Mezclaban Vick Vaporub con pasta de dientes y los ponían en botellitas de Gerber, y más de uno terminaba untándoselo en el fundillo -.

La siguiente es tal vez una de los recuerdos más conocidos que nos han compartido gente de esa primera generación. Sigue relatando don Eduardo Laviada:

- De nuestra patrulla Leopardos es la anécdota siguiente: estando en mi casa, reunidos en nuestro local, Emilio de pronto dijo subiendo la voz: “Que nos trague la tierra si la patrulla Leopardos no es la mejor”, y en ese momento se desplomó el piso pues estábamos parados encima de un sumidero. Todos sin excepción terminamos remojados en la caca -.

¡Que se hunda el suelo!
Arqueólogo Víctor Segovia Pinto:

- Estoy convencido que a mi paso por el grupo 3 y los scout, le debo mi profesión -.

- En una investidura de clan que realizamos en Xoclán, por la amistad que teníamos con él, se me ocurrió tirar al Padre Ricalde (Pbro. Joaquín A. Ricalde Sansores, capellán scout) al tanque  de la hacienda con todo y sotana. Salió del agua totalmente cubierto de gusarapos -.

- Otro evento inolvidable fue la caminata que realizamos desde la Hacienda Tankuché (Campeche) en la que recorrimos la zanja del Remate hasta llegar al mar y de ahí  costeando hasta Isla Arena -.
Este evento relatado por el arqueólogo tuvo lugar en el año de 1948, y en el 2009 los “Xcouts” (Grupo de ex scouts adultos de varios grupos de Mérida) visitamos los mismos lugares. Inclusive esa salida conmemorativa fue bautizada como “El Bitoque” por lo que aquí nos cuenta Don Víctor. (Ver reseña en blog Xcout)

El Bitoque en Tankuché, Campeche
- En la hacienda había mucho mango verde, y Cárdenas se empacho por haberse comido demasiados. Para su desgracia los Laviada ya habían empezado a estudiar medicina, y dictaminaron que había que sacar los mangos con una lavativa -.

- Contábamos con el recipiente adecuado, pero no con el bitoque (cánula que se inserta para la introducción del líquido) la que conseguimos después de buscar en toda la hacienda. Como no había colaboración, Antonio quien estaba de nuestro jefe nos dio la señal y lo sujetamos entre todos. Lo peor fue que en pleno proceso, con los brincos, el bitoque se salió, rebotó y cayó hasta un corral cercano -.

- Después de ubicarlo a la luz de unas velas y pretender usarlo de nuevo, nos dimos cuenta que estaba tupido con estiércol de ganado. Nos tuvimos que rifar para soplarlo  y poder destupirlo-.

Ya no le pedimos más detalles a don Víctor, pero parece que terminó bien la intervención y todos  pudieron completar su aventura.

 

viernes, 22 de septiembre de 2017

EL OJO DE VIDRIO


(Década 1980-1989)

 

La vida en el clan no se parece a la de ninguna otra sección. Grandes retos se alternan con periodos de vacas flacas y a veces hasta de inactividad, sin embargo, para muchos es la mejor y más intensa como elemento. Como en todas las etapas, también pasa por la mente de los claneros asistir a eventos nacionales o internacionales, pero no siempre se tiene la oportunidad para ello.
 
A algunos de mis contemporáneos se les ocurrió que además de pretender ir a la montaña, a lo mejor también podíamos pensar en traer la montaña a nosotros.
 
LOGOTIPO TEYAXTUMÉ 85
Teyaxtumé (de terrestre en Yaxcopoil y turístico en Mérida), fue el primer evento de talla nacional producto del trabajo de muchachos y muchachas, que logramos convocar y reunir a clanes de muchos rincones del país en sus dos ediciones (1985 y 1989). Para quienes participamos en él desde su concepción fue un muy satisfactorio trabajo y una grata experiencia.
 
El programa del primer Texaytumé incluyó caminatas intensas, rapel, playa, campamento en hacienda, vaquería regional, concurso de canciones, y mucho más, pero sobre todo camaradería y vivencia de clan.
 
En el inmejorable marco de la hacienda Yaxcopoil, cuyo característico arco doble era el símbolo del evento, fue el campamento general y punto de partida a las diferentes rutas de actividades. Como es usual, el programa incluía un evento de convivencia en el que todos procuran dar una muestra de su identidad regional, en una noche de ropas, sombreros, comida y folklor del terruño.
 
El clan Espartanos participó en la caminata que culminaba en la zona de acampado ese día de vaquería  y se integró a los que ya hacían los preparativos para el concurso de cocina, con platillos de Chihuahua, Jalisco, Oaxaca y varias zonas más de nuestro país. Y no nos fuimos por la suave con un platillo sencillo, nos arriesgamos a elaborar una cochinita con todas las de la ley, enterrándola para su cocción tradicional en una zanja abierta en plena explanada central de la hacienda.
 
Para no hacerla cansada, orgullosamente diré que nos embolsamos el primer lugar, y que modestia aparte, se veía de lujo la media cabeza del puerco situada de perfil en la lata en que se cocinó. Una enorme canica de vidrio ubicada a última hora le dio el toque de realismo al insertársela en la cuenca vacía, y al decir de los jueces, en sabor tampoco lo hicimos nada mal. Amigos y amigas con quien compartimos el pan y la sal, la cochinita y las tortillas, nos dicen hoy todavía que recuerdan mucho Teyaxtumé, la que se hizo en Yucatán y donde comieron una cochinita espectacular con un ojo de vidrio.
 

viernes, 15 de septiembre de 2017

PELEA DE MONOS


 
(Década 1970-1979)

 
En las plazas de desafíos y pistas de comandos no puede faltar, y solo hace falta una cuerda, dos árboles y dos individuos que quieran medir fuerza y maña.
 
 
El juego consiste en desplazarse los contrincantes con pies y manos desde los extremos opuestos de una cuerda horizontal tendida entre dos árboles, encontrarse en medio y lograr que solo uno permanezca ahí. No hay más.

 
 
Es fuerza por supuesto, pues hay quien ni siquiera logra llegar al enfrentamiento y se suelta antes, pero también habilidad, porque lograr que el otro se suelte depende de cómo y desde donde apliques la fuerza. Un truco común es tratar de colarte entre tu oponente y la cuerda, dejando que el peso de tu cuerpo le obligue a soltarse.

 
 
Casi siempre la refriega dura unos pocos segundos, pero a veces cuando hay condición física y equilibrio, se pone intenso y duradero. Pocas veces este balance se logra, pues es difícil que coincidan la maña y la fuerza en los que se enfrentan.

 
 
Por eso mismo es bueno contar con gemelos en una tropa… y nosotros contábamos con un par.
 

 
 En la quinta de Tanlum había numerosos lugares para realizarlo, pero uno de los favoritos era el tanque elevado que todavía hoy se conserva aledaño al casco, ideal porque tenía arboles en ambos extremos, y porque era un estrado natural para que la pelusa disfrutara del medio bárbaro espectáculo.
 
Se planeaba con anticipación para hacerlo cada vez más interesante, al grado que llegó a derramarse detergente y agua al suelo del tanque, claro que con muy mala leche, y ahora que caigo en la cuenta, con muy poca prudencia.
 
 
 
Ernesto y Eduardo Ricalde, ambos guías, mantenían una casi siempre cordial competencia, y en los juegos de contacto físico normalmente estaban en bandos opuestos. Cuando la pelea de monos iniciaba, la tropa se dividía en su apoyo, pues el resultado era impredecible.
 
  
El caso es que mientras ellos se surtían mameyazos alegremente, desarrollaban resistencia al dolor y aprendían a dar patadas y codazos sin que los viera el jefe, aunque suene contradictorio, también se estrechaban lazos fraternos y se formaban a los magníficos escultistas que estos amigos míos son hoy en día.