sábado, 30 de septiembre de 2017

ENCUENTRO DE GENERACIONES


(Década de 1940-49)

 

En el año de 2018 celebraremos el 80° aniversario del Grupo 3 V.D.M., pero además el 75° de nuestro clan Espartanos, el primero en esta región de México.
 

Hace 25 años, en noviembre de 1993, celebramos con una cena especialísima los 50 años de haberse fundado el clan, e hicieron acto de presencia representantes de muchas generaciones, aunque ninguna tan reconocida como la de los fundadores. El programa de nuestra velada por supuesto inició con la oración rover, un brindis por los presentes y ausentes de tantas camadas, y continuó con el recuento de anécdotas.

 
Este es el marco y el pretexto para reseñar la fecha en la que inicio formalmente nuestro hoy clan Espartanos y para transcribir y atesorar la intervención de algunos de nuestros pioneros.

 
Creación del clan de rovers del Grupo 3

 
Nos acompañaban ese día de 1993, cuatro de los nueve muchachos que el 19 de noviembre de 1943 hicieron su vigilia en la capilla del Cristo de las Ampollas, los mismos que tuvieron la vivencia de su investidura en un escenario privilegiado, el altar mayor de la S. I. Catedral:

 

Investidura de los primeros rovers de la península en la Catedral de Mérida.
El uniforme es el que usaba el Grupo 3 en sus primeras épocas 
Piloto: Eduardo Laviada Arrigunaga

Subpiloto: Emilio de J. Sosa Heredia.

Escudero: Víctor Segovia Pinto, y

Escudero: Wiberth Cámara Rivas

 

Todos ellos nos hablaron emocionados de esa gran ocasión para nuestro grupo. Recordaron la presencia del capellán Joaquín Ricalde, quien les ofició una misa, y las de Miguel Taboada, jefe de clan y por supuesto del Chief, Don Víctor Durán Marín, en ese entonces Jefe de Grupo.

 
Como invitado especial en la investidura estaba el Dr. Víctor Suárez Molina, en ese momento Comisionado de Distrito, quien como menciona Don Juan Francisco Peón en su escrito “Tres etapas del escultismo en Yucatán”, fue el más decidido promotor de los primeros tres grupos scouts yucatecos (1, 2 y 3) pues fue quien trajo la autorización del Consejo Nacional de los Scouts de México para fundar el movimiento en Yucatán.

 
El Profesor Santiago Herrera Castillo (Don Chano), presente también, era la figura ya reconocida que había formado desde 1931, al “Cuerpo de Exploradores de Yucatán” de la nueva Ariel, antecesora de la Asociación de Scouts de México. En estas fechas de 1943, Don Chano había integrado a sus Exploradores de Yucatán a la Asociación, formando el nuevo Grupo 4 y él desempeñaba el cargo de subcomisario de Provincia.


Ese evento con tan notables presencias y tan relevante para el roverismo por crearse el primer clan en la península, terminó con un desayuno en la casa de los gemelos Laviada de tobijoloches y atole nuevo, junto con familiares y amigos.

 
Intervenciones de los fundadores

 
Lic. Emilio de Jesús Sosa Heredia:


- La juventud y la experiencia. Nosotros tenemos juventud acumulada, masivamente acumulada -.

- En la época de nuestra investidura, la edad de clan era de 17 a 23 años, y se usaba para nosotros el nombre completo de rover scout, no solo rover como ahora. Algunas de nuestras excursiones de las que estamos orgullosos son por ejemplo la de Valladolid, a la que fuimos en tren, y en la que pasamos por un lugar al que llamaban el quemadal, largo, seco y difícil tramo sin una sola sombra - .

- Otro que recordamos mucho es la excursión a Cobá, en la que nos atacaron cientos de garrapatas, y la de Palenque en la época en la que el ferrocarril del Sureste no daba servicio al público hasta Escárcega que es a donde queríamos trasladarnos. Por una concesión, nos permitieron viajar en plataforma hasta ahí, de donde iniciamos los dos días a pié hasta Palenque, a través de una brecha en plena selva. Llevábamos dos mulas de carga y por supuesto dormimos en medio de la nada. Recordamos mucho a Segovia que caminaba dormido con su quinqué en la mano -.

Caminata de la tropa del Grupo 3 a Cobá
- Otros recorridos de 5 o 6 días fue a las zonas arqueológicas de la ahora llamada ruta Puuc. Kabah, Sayil, Labná y demás hasta salir a Oxkutzcab. No había nada parecido a un camino entonces -.

- Era famosa entre nosotros la Patrulla Lobos, quienes al segundo día de cualquier campamento se acababan toda la comida que hubiesen llevado, pues así eran de tragones. A partir de entonces, al terminar la hora de la comida pasaban con su olla por los campamentos de todas las demás patrullas, recogiendo los restos de lo que hubiesen cocinado. Todo se mezclaba ahí: arroz con leche, huevo, café, carne cocida, etc.; ponían el conjunto en el fuego y lo mezclaban. Esa cosa espantosa sería su alimento y lo bautizaron como la Torta Lobo -.

La mítica Torta Lobo
Dr. Eduardo Laviada Arrigunaga:

- Yo hablo en nombre de la momiza, y EXIJO que se me considere como tal. No en balde soy el más viejo de todos los presentes. Por todos los años que cargo encima de mis débiles hombros, ya se me olvidan algunas cosas, pero ahí les va:  -.

- Ya sé que ustedes están muy orgullosos de decir “Siempre imitado, nunca igualado”, pues yo les voy a decir cómo nació -.

- Eso lo inventó Emilio (se refiere al Lic. Emilio, “El Pato” Sosa) cuando nos reuníamos en mi casa, en la cual estaba el rincón de la patrulla Leopardos, y ahí el vio una botella de vinagre que fabricaba Don Julio Rendón, elaborado a base de miel. Pues bien, esta botella tenía un letrerote que decía “Siempre imitado, nunca igualado”, entonces lamentablemente no puedo decir que nuestro lema de tantos años haya sido de la inspiración de Emilio. Pero el fue también quien empezó a decir lo que se convertiría en nuestro grito, que se decía originalmente así: -.

- ¡Grupo tres! (tres veces),  y se respondía: siempre imitado nunca igualado (una vez) -.

Nota:  Hoy por hoy, el grito y lema del grupo se usa como se describe a continuación:

Dirigente o scouter: ¡Grupo tres!

Todo el grupo: ¡Siempre imitado nunca igualado!

Repitiéndose el ciclo tres veces.

- Otra cosa que contar de la patrulla Lobos, además de su asquerosa torta, es que ello fabricaban para vendernos en campamento un preparado que utilizaban los que se escaldaban. Mezclaban Vick Vaporub con pasta de dientes y los ponían en botellitas de Gerber, y más de uno terminaba untándoselo en el fundillo -.

La siguiente es tal vez una de los recuerdos más conocidos que nos han compartido gente de esa primera generación. Sigue relatando don Eduardo Laviada:

- De nuestra patrulla Leopardos es la anécdota siguiente: estando en mi casa, reunidos en nuestro local, Emilio de pronto dijo subiendo la voz: “Que nos trague la tierra si la patrulla Leopardos no es la mejor”, y en ese momento se desplomó el piso pues estábamos parados encima de un sumidero. Todos sin excepción terminamos remojados en la caca -.

¡Que se hunda el suelo!
Arqueólogo Víctor Segovia Pinto:

- Estoy convencido que a mi paso por el grupo 3 y los scout, le debo mi profesión -.

- En una investidura de clan que realizamos en Xoclán, por la amistad que teníamos con él, se me ocurrió tirar al Padre Ricalde (Pbro. Joaquín A. Ricalde Sansores, capellán scout) al tanque  de la hacienda con todo y sotana. Salió del agua totalmente cubierto de gusarapos -.

- Otro evento inolvidable fue la caminata que realizamos desde la Hacienda Tankuché (Campeche) en la que recorrimos la zanja del Remate hasta llegar al mar y de ahí  costeando hasta Isla Arena -.
Este evento relatado por el arqueólogo tuvo lugar en el año de 1948, y en el 2009 los “Xcouts” (Grupo de ex scouts adultos de varios grupos de Mérida) visitamos los mismos lugares. Inclusive esa salida conmemorativa fue bautizada como “El Bitoque” por lo que aquí nos cuenta Don Víctor. (Ver reseña en blog Xcout)

El Bitoque en Tankuché, Campeche
- En la hacienda había mucho mango verde, y Cárdenas se empacho por haberse comido demasiados. Para su desgracia los Laviada ya habían empezado a estudiar medicina, y dictaminaron que había que sacar los mangos con una lavativa -.

- Contábamos con el recipiente adecuado, pero no con el bitoque (cánula que se inserta para la introducción del líquido) la que conseguimos después de buscar en toda la hacienda. Como no había colaboración, Antonio quien estaba de nuestro jefe nos dio la señal y lo sujetamos entre todos. Lo peor fue que en pleno proceso, con los brincos, el bitoque se salió, rebotó y cayó hasta un corral cercano -.

- Después de ubicarlo a la luz de unas velas y pretender usarlo de nuevo, nos dimos cuenta que estaba tupido con estiércol de ganado. Nos tuvimos que rifar para soplarlo  y poder destupirlo-.

Ya no le pedimos más detalles a don Víctor, pero parece que terminó bien la intervención y todos  pudieron completar su aventura.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario